Claves del fraguado de hormigón.
La clave de un buen fraguado de hormigón es una combinación perfecta de ingredientes, tiempo y temperatura, lo cual, si lo hacemos correctamente, hará que realicemos un producto de calidad. En este blog de Pretensados Durán te enseñamos cómo.
En primer lugar, la mezcla correcta de los ingredientes es fundamental. Es importante que la cantidad de áridos, aditivos, agua y por supuesto cemento sea precisa. Una vez que entran en contacto los ingredientes, es importante el endurecimiento de la mezcla a través del fraguado para obtener los mejores resultados.
Este proceso comienza tras un periodo de 90 minutos tras añadir el agua a unos 20 grados a la mezcla y, aunque no es una etapa definitiva en cuanto a resistencia final del hormigón, si que es cierto que de no hacerse de una manera correcta, corremos el riesgo de tener que volver a repetir el proceso y tener que desechar toda la mezcla que hemos realizado.
Otro factor importante en el proceso de fraguado es la velocidad en la que se produce el mismo, donde cobra especial importancia la temperatura tanto de ambiente como la de los propios componentes de la mezcla. Para controlar esta parte del proceso, debemos de realizar un control tanto de la humedad como de la temperatura del ambiente, así reduciremos las probabilidades de fallar al realizar el fraguado.
¿Es tan importante la temperatura y la humedad ambiental?
Una temperatura alta y un ambiente seco provocan una velocidad de fraguado muy alta, lo que puede reducir la resistencia del producto final y complicar el traslado de hormigones ya preparados. La temperatura alta, hace que el fraguado se inicie muy rápido lo cual tiende a secar más rápidamente la mezcla, produce fisuras y en definitiva el producto pierde enormemente en cuanto a calidad.
En cuanto a las temperaturas reducidas, los procesos de fraguado pueden ser demasiado largos, siendo recomendable en caso de temperaturas inferiores a 5 grados centígrados, la suspensión del fraguado hasta que no haya una temperatura mayor.
¿Cómo evitamos esto?
Para evitar temperaturas altas y ambientes secos, podemos ventilar la superficie, almacenar la mezcla sin una exposición directa al sol siendo cubierta, así como también pueden utilizarse escamas de hielo para refrescar el interior de la mezcla.
En el caso de temperaturas bajas, si no podemos posponer el fraguado, deberemos de calentar los áridos de la mezcla y el agua, aunque deberemos de tener en cuenta que pueden producirse grumos en la hormigonera. También podremos cubrir la superficie hormigonada con plásticos o utilizar calefactores para generar un ambiente artificial, aunque esta última opción no es la más recomendable.
Tal y como hemos visto, es muy importante un estricto control y un conocimiento del proceso de elaboración del hormigón y tanto la mezcla como la temperatura resultan clave durante este proceso en el que, si no tomamos las decisiones correctas, pueden afectar tanto a los tiempos de producción como a los de construcción y afectar al presupuesto final. Más de 30 años de experiencia avalan a Pretensados Duran y contamos con un amplio catálogo de prefabricados de hormigón tanto para obra civil como para edificación.
Para saber más sobre el hormigón, puedes visitar la fuente de este artículo.
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