La resistencia del hormigón frente al cambio climático
La sucesión de temporales extremos ha generado grandes impactos en las infraestructuras españolas, debido a las lluvias torrenciales, al oleaje… Para estos casos es necesario un hormigón suficientemente impermeable y durable que aguante estas acciones agresivas del medio ambiente. Hay que tener en cuenta que las características del hormigón pueden cambiar con el contenido y el tipo de cemento, la relación de agua/cemento, los tipos de aditivos y adiciones, así como la compactación. Si tenemos en cuenta todos estos factores podemos conseguir una gran resistencia del hormigón frente al cambio climático.
La propia Organización Meteorológica Mundial (OMM) advertía en la pasada Cumbre del Clima (COP 25) de cómo la crisis climática iba a hacer que estos fenómenos fueran cada vez más habituales y virulentos. Para la construcción y la rehabilitación de estas zonas es necesaria una buena planificación que pueda facilitar la durabilidad del hormigón de estas estructuras.
¿Cómo conseguimos hormigón impermeable?
El hormigón es un excelente material por su durabilidad y posibilidad de moldearlo, pero hay que tener cuidado con su porosidad. Para zonas húmedas hay que saber qué tipo de hormigón vamos a utilizar para que pueda ofrecer la mayor resistencia. Uno de los factores que afectan a su durabilidad frente al agua es lo bien que se haya secado y endurecido. El hormigón fresco y húmedo es más susceptible de ser empapado de forma repetida que un hormigón ya completamente “acabado”.
Otra forma de mejorar la impermeabilización del hormigón, consiste en el uso de los llamados «cementos impermeables», que si bien no son impermeables al 100% si ayudan a mantener la humedad alejada del material de construcción. Aun así, para casos extremos no es el método más adecuado.
La mejor opción para conseguir hormigón impermeable
Si queremos conseguir la mayor resistencia al agua la mejor opción será siempre el pulido y sellado del hormigón. Este método endurece la estructura hasta conseguir en buena medida evitar los efectos de aceites y otros líquidos. Además, el desgaste y el desconchamiento termina siendo algo inusual. Los musgos, líquenes y algas no pueden asentarse y, por último, pero no menos importante, la limpieza es mucho más fácil.
Por eso antes de utilizar el hormigón para cualquier tipo de infraestructura hay que asegurarse del tipo de entorno en el que vamos a trabajar, para poder conseguir una estructura resistente y duradera.
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